viernes, 4 de julio de 2008

Luz Verde al TLC con Chile

El Tratado de Libre Comercio (TLC) del Perú y Chile, que hace medio año había quedado listo para su aprobación en el Congreso chileno, pero que fue abruptamente retirado de la lista de prioridades, recibió por fin el visto bueno del legislativo de dicho país, que lo aprobó por unanimidad, con lo que ahora sólo deberá transitar el camino de su implementación, que lo conducirá hacia su plena aplicación, quizá desde inicios del 2009.

Como se sabe, el acuerdo fue puesto en stand-by por nuestro vecino del sur en respuesta a la demanda planteada por el Perú ante La Haya, acerca de la delimitación marítima en el sur. Sin embargo, aparentemente la fuerte presión del empresariado chileno, ansioso de seguir reforzando vínculos con un país abierto, receptivo y en notable fase de crecimiento, terminó por convencer a sus autoridades.

En nuestro país no fue necesaria una aprobación congresal, debido a que, por considerarse que el documento constituye simplemente una ampliación del Acuerdo de Complementación Económica (ACE) Número 38, actualmente vigente, bastaba la aprobación del Ejecutivo. Sin embargo, con los nuevos aspectos involucrados (libre flujo de servicios, inversiones y mano de obra, entre otros), el ACE ha quedado convertido en todo un tratado de libre comercio.

Por ello, se prevé que brindará múltiples beneficios a ambas partes.

Al Perú, le refuerza la posibilidad de seguir manteniendo una balanza comercial positiva, algo que viene ocurriendo desde hace varios años, muestra de lo cual es que en el 2007 ascendió a US$ 857 millones, merced a exportaciones por US$ 1,693 millones e importaciones por US$ 836 millones.

Asimismo, le ofrece la oportunidad de mejorar las condiciones laborales y de vida de los más de 50 mil compatriotas que trabajan en ese país.

Además, le permitirá, ahora sí, un trato igualitario para sus inversiones, algo que no había ocurrido hasta ahora, debido a la restrictiva legislación sureña en ese campo.

A Chile, le abre una excelente ventana, para seguir ampliando sus ya cuantiosas inversiones, e incrementar sus exportaciones, aprovechando el dinamismo de nuestra economía. A la fecha, nuestro nuevo socio posee aquí inversiones por más de US$ 5,500 millones, siendo éste su principal destino en América Latina y el tercero en el mundo.

Para la correcta aplicación del convenio, y para prevenir situaciones conflictivas, se ha incluido cláusulas de solución de controversias y de seguridad jurídica para las inversiones. En cuanto al comercio de servicios, se ha establecido un marco jurídico de estabilidad, que hará posible que éste se desarrolle con fluidez.

Se espera, pues, que con el nuevo TLC ambos países incrementen sustantivamente sus vínculos y flujos, no sólo de bienes e inversiones, sino también de servicios, en aspectos tales como el turístico, cultural y profesional. Los importantes movimientos generados a partir de ello favorecerán especialmente a las zonas fronterizas, de Tacna en el Perú y Arica en Chile.

Estrechamente asociadas, las dos naciones podrán apuntalar la buena imagen que se están creando en el mundo de las finanzas, el comercio y las inversiones, y afrontar mejor los importantes retos que se han trazado, entre ellos el de incursionar exitosamente con sus productos en los mercados más competitivos del mundo.

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