viernes, 25 de julio de 2014

El Perú: Puesto 82 en el Mundo en Desarrollo Humano

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicó ayer su esperado Informe sobre Desarrollo Humano 2014, documento en el que sobresale el Índice de Desarrollo Humano, considerado el más importante indicador sobre el tema, por cuanto refleja, probablemente mejor que cualquier otro, las condiciones de vida reinantes en los más diversos países del mundo.

Como se sabe, el IDH se determina en función a tres aspectos considerados básicos: Salud (la vía para una vida larga y saludable), Educación (la vía para abrir oportunidades) e Ingresos (la vía para lograr un nivel de vida digno).

En materia de ingresos se toma en cuenta el ingreso nacional bruto per capita (expresado en términos de paridad de poder adquisitivo o PPA, en dólares internacionales constantes del año 2011), lo que permite tener en cuenta no sólo el producto bruto interno por habitante, sino también los ingresos provenientes de las remesas y la ayuda internacional para el desarrollo. En el ámbito educativo se considera los años promedio y los años esperados de escolaridad. En el tema de la salud, por su parte, se toma en cuenta la esperanza de vida al nacer.

Los indicadores de los tres aspectos mencionados son calibrados y combinados, para generar el IDH, cuyo puntaje va desde 0 hasta 1.
De acuerdo con ese resultado, los países son agrupados en cuatro categorías (o cuartiles) de desarrollo humano: Muy Alto, Alto, Medio y Bajo. Este año, la primera considera 49 países, la segunda 53, la tercera 42 y la última 43.

Debido a la permanente revisión y mejora de los datos, la información (incluidos los valores y clasificaciones del IDH) presentada en este informe no es comparable con la publicada en ediciones anteriores.

En el siguiente cuadro se enumera los países de nivel Muy Alto, es decir, aquéllos con puntaje más cercano a 1. También se consigna los elementos componentes de su IDH.

Noruega sigue siendo el líder. Chile, Cuba y Argentina también están en el grupo de avanzada.

Como se observa, el país con el más alto IDH es Noruega (0.944), que, además de haber incrementado muy levemente su índice (desde 0.943), mantiene la ubicación del año anterior, tal como también lo hacen los otros siete países que le siguen: Australia (0.933), Suiza (0.917), Holanda (0.915), Estados Unidos (0.914), Alemania (0.911), Nueva Zelanda (0.910) y Canadá (0.902).

América Latina logra incluir en este grupo de Desarrollo Humano Muy Alto a tres de sus países: Chile (que pasó del puesto 42 al 41, ahora con un IDH de 0.822), Cuba (que se mantiene en el puesto 44, con un IDH de 0.815) y Argentina (que se mantiene en la ubicación 49, al registrar un IDH de 0.808). Como se observa, Chile es el único país latinoamericano cuyo indicador supera al de un país desarrollado como Portugal (afectado por una grave crisis económica, que en los últimos años deterioró los ingresos de su población y le hizo estancarse en materia de IDH).

En el cuadro que sigue se puede ver a los países de Desarrollo Humano Alto, entre ellos el Perú.

El Perú se ubica en el puesto 82, en el grupo de países de Desarrollo Humano Alto.

Luego continúan los de Desarrollo Humano Medio y Bajo, cuyos datos no consignamos por limitaciones de espacio. Entre los países de este último grupo, los peor ubicados son Chad (0.372), República Centroafricana (0.341), República Democrática del Congo (0.338) y, cerrando la lista, Níger, con infames 0.337 puntos, que reflejan las terribles condiciones de vida de sus pobladores. Si bien todos ellos vienen mejorando sus  puntuaciones, lo que han logrado hasta el momento es absolutamente insuficiente.

Detrás de Chile, Cuba y Argentina, los países latinoamericanos mejor ubicados en el ranking del IDH son Uruguay (que se sitúa en el  puesto 50, con una puntuación de 0.790, que lo tiene a punto de ingresar al grupo de Desarrollo Humano Muy Alto). Le siguen Panamá (65 y 0.765), Venezuela (67 y 0.764), Costa Rica (68 y 0.763), México (71 y 0.756), Brasil (79 y 0.744) y el Perú (82 y 0.737).

Nuestro país mantuvo su posición. En cuanto a puntuación, avanzó 0.003 puntos (0.737 versus 0.734). Si bien parece poco, es más de lo que avanzó la gran mayoría de países. Sólo fue superado en tal aspecto por un reducido número de ellos, entre los cuales se puede mencionar a China y Panamá (ambos con avance de 0.004 puntos), Sri Lanka y Turkmenistán (0.005) y Mongolia (0.006).

El índice peruano se sustenta en una esperanza de vida al nacer de 74.8 años, un tiempo promedio de escolaridad de 9.0 años, un tiempo esperado de escolaridad de 13.1 años y un ingreso nacional per capita (medido en precios constantes del año 2011 y en términos de PPA) de 11,280 dólares internacionales corrientes.

Entre los años 2008 y 2013, nuestro indicador ha mejorado sostenidamente, desde 0.707 hasta el actual 0.737, lo que nos ha permitido avanzar ocho casilleros en el listado general. Entre 1980 y 1990, el dato peruano ha crecido a una tasa anual de 0.34%, entre 1990 y el 2000 a una de 1.03%, y entre el 2000 y el 2013 a una de 0.60%.

Lamentablemente, y pese a sus bondades, el IDH tiene una limitación: tomado en forma aislada, como un componente del promedio nacional, tiende a esconder las disparidades dentro de los países. Ello obliga a considerar el indicador que veremos a continuación.

El IDH Ajustado (IDHI)
El IDHI subsana dicha deficiencia del IDH, al ajustarlo por un factor de Inequidad (o Desigualdad) que refleja las disparidades existentes, no sólo para acceder a un buen ingreso, sino también a la salud y a la educación. Gracias a él se obtiene una imagen mucho más completa del nivel de bienestar de la población.
En condiciones de total igualdad, el IDHI es idéntico al IDH. Cuanto más desigual es la distribución de los tres elementos señalados, más bajo es el IDHI (y mayor su diferencia con el IDH).

A continuación vemos el IDHI de los países de desarrollo humano muy alto. Debido a que en la mayoría de ellos existe una muy buena distribución, tanto del ingreso como de los servicios de educación y salud, no hay mayor discrepancia de dicho indicador con el IDH. En Noruega, uno de los países con mejor distribución del ingreso del mundo (como lo ratifica su extraordinario Gini de 0.258), la diferencia entre ambos indicadores (es decir, la pérdida de puntuación) es de solo 5.6%.

En los países más desarrollados, el IDH y el IDHI son muy parecidos.

Sin embargo, conforme se desciende en la escala del desarrollo, la distribución, ya sea del ingreso o de los servicios de educación y salud, tiende a hacerse más deficiente. Eso provoca una creciente diferencia entre el IDH y el IDHI, como se aprecia claramente en el siguiente cuadro, correspondiente a los países de desarrollo humano alto. El Perú, por ejemplo, consigna un IDHI de 0.562, menor en 23.7% a su correspondiente IDH.
De los 145 países para los cuales se calculó este indicador, el nuestro es superado por 68. Entre los países latinoamericanos de desarrollo humano alto, el Perú tiene un IDHI mayor que los de Ecuador (0.549), Brasil (0.542), República Dominicana (0.535) y Colombia (0.521).

El IDHI peruano es 23.7% menor que su correspondiente IDH.

Según el PNUD, el Coeficiente de Inequidad Humana de nuestro país asciende a 23.4 (altísimo si se le compara con el 5.5 de Noruega, pero muy aceptable en comparación con el 43.6 de Angola y Sierra Leona, los países más inequitativos del planeta).

La mayor pérdida peruana se produce en el ámbito del ingreso, donde el IDHI (0.495) resulta 30.6% menor que el IDH simple. También existe una situación bastante deficitaria en el ámbito educativo, en el cual el IDHI (0.494) es 25.6% menor que el dato simple.
La menor pérdida se registra en el campo de la salud, pues la relativamente buena esperanza de vida en nuestro país se halla bastante extendida, haciendo que el IDHI (0.726) sea sólo 13.9% menor que su par sin ajuste.


Ésa es la situación del Perú en lo que atañe a desarrollo humano. Paso a paso, nuestro país avanza, tanto en el dato principal como en el ajustado. Y esto último es fundamental, pues implica que la población más necesitada encuentra cada vez menos trabas para acceder a la salud y la educación, así como para mejorar sus ingresos. Por el bien de todos nuestros compatriotas, esperemos que este virtuoso proceso de sumar puntos al desarrollo prosiga y se intensifique.

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