jueves, 2 de octubre de 2014

Un Antecedente Europeo de la Vía Parque Rímac



Hasta inicios del presente siglo, la capital de España, Madrid, afrontaba en términos de infraestructura vial un problema muy parecido al que hoy afronta Lima. Al costado del río que la atraviesa, el Manzanares, había construido, en la década de 1970, la autopista de circunvalación denominada M 30, que, si bien inicialmente había agilizado grandemente el flujo de sus cientos de miles de vehículos, ya no resultaba una solución, pues lucía permanentemente congestionada.

Además, ésta había alterado sensiblemente el aspecto paisajístico de la urbe y afectado la calidad de vida de sus ciudadanos (al haberlos alejado del bello entorno natural de su río para sembrar asfalto y dar lugar a una zona de interminables embotellamientos vehiculares, alta contaminación y frecuentes accidentes de tránsito).



Para solucionar dichos problemas, el año 2004 inició la construcción de una vía reemplazante, la denominada Calle 30, que en la zona histórica de la ciudad ya no pasara por donde lo había venido haciendo, sino por un túnel subterráneo de varios kilómetros de largo. De esa manera, el año 2007, al quedar concluida la obra, que luego fue complementada con el proyecto Madrid Río (que puso énfasis en la recuperación estética y urbana de la zona), la urbe ganó un hermoso y enorme espacio, que enorgullece a sus pobladores y se puede apreciar en los videos adjuntos.



En Lima hemos confrontado una historia muy similar. Cuando fue inaugurada en la década de 1970, nuestra Vía de Evitamiento también mejoró notoriamente el flujo vehicular en la zona céntrica de la ciudad. Lamentablemente, en las siguientes décadas su capacidad quedó rebasada por el enorme crecimiento del parque automotor. Además, la vía, tal como su par española, se convirtió en una barrera de asfalto que alejó a la población del contacto con su río, y deterioró gravemente el entorno. La ciudad, en lugar de asomarse a su tradicional curso de agua, se vio obligada a darle la espalda.



Hoy, con el proyecto Vía Parque Rímac, se intenta una recuperación de la zona parecida a la que acaba de efectuar la capital ibérica. Así, mediante el túnel subfluvial y la docena de intercambios, bypasses y viaductos que la obra contempla, se pretende descongestionar de manera importante la Vía de Evitamiento, así como agilizar el flujo vehicular tanto en la zona del centro histórico como en todas las adyacentes a ésta. Y con el embellecimiento de los seis kilómetros de la ribera del río en la zona céntrica, se busca una recuperación urbana y paisajística tan importante como la lograda en la metrópoli española.

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